Catamarca 2011

Con la excusa de ¨asentar¨ nuestro nuevo vehículo y adelantándonos a nuestras vacaciones de invierno decidimos hacer un mega paseo familiar de tres días por algún lugar de nuestro país.


El único requisito que debía reunir era que no fuera muy lejos y que de alguna manera tuviera un paisaje algo diferente al que frecuentamos. La decisión fue unánime: El Paso de San Francisco en Catamarca y si pudiéramos la Laguna Verde en Chile.


A pesar del entusiasmo íntimamente me preocupaba cómo iba a afectarles la altura a nuestros hijos, Alma (4 años) y Bautitsta (5 meses). Finalmente decidí aventurarme con la condición de abortar el viaje si la situación se complicara.


Así fue como el viernes 3 de junio partimos antes de las 8 AM por la RP 9 hacia Jesús María, para empalmar más adelante la RP 60 hacia el noroeste. Esa misma ruta sería la que nos llevaría hacia Tinogasta donde nos alojaríamos y eventualmente hacia nuestro destino final.


Pasamos las localidades de Dean Funes, Quilino y San José de las Salinas. Poco antes de Lucio V. Mansilla nos llamó la atención una gran extensión de tierra blanca sin vegetación alguna, eran las Salinas Grandes de Córdoba.




Eran aproximadamente las 10:30 hrs., contábamos con suficiente tiempo y el clima estaba muy agradable, así que decidimos ¨echar un vistazo¨. Giramos hacia la izquierda, atravesamos las vias del ferrocarril y nos adentramos a una inmensidad blanca que nos cautivó por completo.







Después de jugar y disfrutar el paisaje por casi una hora, retomamos el viaje. Cruzamos el límite interprovincial y una muy bien mantenida ruta catamarqueña nos dio la bienvenida. Eso nos permitió avanzar rápidamente hasta llegar a la localidad de San Martin, cargamos combustible en el ACA y aprovechamos para almorzar tipo picnic en su área de descanso contemplando la Sierra de Ancasti.




La RP 60 me regaló dos datos curiosos; el primero es que deber ser la única ruta de Córdoba que comienza en nuestra provincia y termina en un límite internacional, y el segundo es que por momentos ¨serpentea¨ el límite entre La Rioja y Catamarca por varios kilómetros. Es rara la experiencia de entrar y salir de una provincia a la otra en cuestion de minutos y de mirar para ambos lados las dos.


Arribamos a la localidad de Chumbicha, doblamos a la izquierda por la RP 38 y a unos pocos kilómetros giramos a la derecha para retomar la RP 60. Aquí el paisaje cambió, comenzamos a ver más vegetación y una combinación de colores otoñales muy agradables. Mapa mediante descubrimos que se tratabla de la Cuesta de la Sébila.






Al salir de la cuesta la ruta retoma el desierto y nos lleva hasta Aimogasta y de ahi hasta su bifurcación con la ruta 40, la imponente Sierra de Zapata nos obliga a girar a la izquierda para retomar la 60 más adelante. Bordeamos el extremo sur de ésta sierra para recorrer el último tramo, pasando por una serie de pueblitos muy pintorezcos como La Puntilla y Copacabana hasta arribar a Tinogasta. Nos alojamos en el hotel de adobe Casagrande http://www.casagrandetour.com/




El hotel resultó ser no sólo muy acogedor sino que reunía características típicas de la región, su construcción es totalmente de adobe y ornmentado con pictografías aborígenes.




Después de recorrer sus instalaciones y de desilusionarnos con un baño de inmersión en el jacuzzi, ya que su caldera estaba en reparación, tomamos una relajante ducha, cenamos en el hotel y nos fuimos a dormir temprano para emprender temprano el paseo al Paso de San Francisco.


Alrededor de las 8:30 partimos hacia Fiambala para desde ahí subir hasta el paso, la Sierra de Famatina nos acompañaría por un rato.




Algunos viñedos al pie de la Sierra le daban un marco muy pintoresco al paseo.




Bordeamos Fiambala, giramos a la izquierda y comenzábamos a cumplir nuestro objetivo.




Los 200 kilómetros que separan Fiambala del paso se transitan por una ruta totalmente asfaltada y en perfecto estado, permitiéndole al viajero disfrutar paisajes de ensueño, que invitan al disfrute y a la contemplación. El diáfano cielo azul, el aire puro de altura y los bellos contrastes de colores hacen de éste un lugar mágico.




Previo al ingreso al valle de Chaschuil, y aprovechando el escaso tráfico, nos detuvimos a sacar algunas fotografías y a observar el paisaje.




Sobre el margen de la ruta hay 6 refugios de alta montaña muy bien diseñados y conservados. Decidí sacarle una foto a éste en particular ya que soy hincha de Boca :)




Ya en plena puna se arriba a Cortaderas, donde a la vera del embalse homónimo se acaba de inagurar el hotel 4 estrellas ¨Cortaderas¨.




De aquí en adelante se comienzan a avistar los picos de los distintos volcanes que rodean a la región: Incahuasi, San Francisco, Ojos del Salado, Tres Cruces, Falso Azufre, Dos Conos entre otros.




Un grupo de vicuñas le aporta al paisaje un rasgo típico de la puna catamarqueña.




Los coirones tiñen de amarillo la planicie para que contraste con el límpido cielo azul.






A la iquierda el Vn. Incahuasi (6638 mts) y a la derecha el Vn San Francisco (6016 mts).




El Vn. Incahuasi se nos presentó completo ante nuestros ojos. Nuestro sueño se estaba haciendo realidad. Poder estar ahí, cerquita de éstos ¨monstruos¨ que alguna vez estuvieron activos nos llenaba de satisfacción. Se acercaba la hora del almuerzo, había que elegir un lugar para detenerse y disfrutar del paisaje mientras comíamos algo liviano.




En una de las curvas observo hacia mi izquierda y veo las ¨Lagunas del San Francisco¨, un grupo de lagunas y salinas que aportan más belleza al lugar. En la parte inferior de la foto se aprecian restos de escorial volcánico.




Finalmente éste fue el sitio y la vista elegida para almorzar, sólos en ésta inmensidad, en silencio, admirando cada detalle del entorno. Creo que será uno de esos momentos que difícilmente pueda olvidar...






Ya habíamos transpuesto el paso propiamente dicho. En el puesto de Gendarmería de ¨Las Grutas¨ nos habían retenido los DNI como garantía de retorno para poder avanzar. Se nos aconsejó que si la nieve impedía el paso deberíamos regresar. Afortunadamente el dispositivo de bloqueo de diferencial electrónico del Palio Adventure nos facilitó nuestro avance sobre la nieve y el barro hacia el gran objetivo: La Laguna Verde.








Habíamos logrado el objetivo. Desbordábamos de felicidad. Sólo quedaba agradecerle a Dios habernos permitido conocer éste lugar. Permanecimos en la laguna una hora aproximadamente hasta las 15:30 cuando comenzó a soplar el fuerte viento del oeste típico de las zonas cordilleranas. 


Video 360° desde la vera de la laguna. Se pueden apreciar claramente varios de los conos volcánicos que rodean el lugar. 




Así se ve la laguna y los volcanes desde el Google Earth 




Despacito, algo apunados pero contentos emprendimos la bajada hacia Tinogasta.


El Domingo lo utilizamos para dormir y descansar un poco más. Desayunamos tarde, cargamos nuestros enseres y disfrutamos unos momentos de la agradable mañana en el patio del hotel con una suave música ¨chill out¨ de fondo.









Fuimos hasta el ACA de Tinogasta para aprovisionarnos de combustible pero una ingrata sorpresa nos llevamos cuando el playero nos informó que se les había acabado y que la única alternativa sería llegar hasta  Aimogasta, distante 112 km. Teníamos sólo un cuarto de tanque, la autonomía de la computadora me daba 175 km, así que nos aventuramos a llegar con el combustible que nos quedaba. Sin embargo, ésto no nos privaría de disfrutar de algunas vistas en los pueblitos de la Puntilla y Copacabana.


Iglesia de Copacabana.




Viñedos de la Bodega Rodriguez Ferrero, La Puntilla.




Callecita de La Puntilla.




El pasado y la modernidad se conjugan en el lugar, casa de adobe con Direct TV...




Nos llamó la atención la gran cantidad de viviendas de adobe abandonadas por toda la zona. ¿Migración hacia las ciudades, quizás?






Olivares al pie de la Sierra de Copacabana, La Puntilla.




Por suerte el motor e-torq 1.6 16 válvulas de la Palio es muy económico en bajas revoluciones, así que llegamos con lo justo. ¡Qué sensación de alivio cuando conseguimos combustible en Aimogasta! Fue tal la felicidad que le dediqué una foto a la YPF del pueblo.




Almorzamos en la plaza con vista a las sierras y retomamos nuestro retorno.




Fue sin dudas un paseo único. Nos sentimos regocijados con las experiencias vividas y muy contentos de haber tenido la posibilidad de concretarlo.


Les mando un gran saludo a todos.


PD: dedicado especialmente a los ¨Amigos del Adventure Locker Club¨, salud, amigos!

4 comentarios:

  1. Estimada Paola, afortunadamente logré volver a cargar las fotos, espero no sea demasiado tarde y que disfrutes de la lectura y eventualmente el paseo, saludos!

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  2. Hola! te cuento que me fuí a catamarca y tuve muy en cuenta tu relato. Hermosa experiencia! Volveré! Fiambala no tiene estructura para el turismo pero me gustó estar muy cerca de los seismiles. Hoy planeo ir para el sur, colonia suiza y sus alrededores. Pero me tira volver a Fiambalá. Te cuento que por ahora lo hago en un Clio, como tuviste alguna vez.

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  3. Hola Paola!

    Qué bueno que no sólo hayas disfrutado de tan bellos paisajes sino también que te haya sido útil la info del blog.
    Tal cual, algunos lugares del norte argentino aún no cuentan con la infraestructura adecuada, a diferencia del sur que sí la tiene pero con costos un poco elevados.
    Te dejo a continuación el link con nuestro paseo por Bariloche y alrededores, por ahí también te sirve para planificar tu viaje.

    http://atraccionsimple.blogspot.com.ar/p/patagonia-2015.html

    Saludos!

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