Las Grutas 2006

Culminaba el año 2005, y con el comienzo del nuevo año llegaron las merecidas vacaciones. 

Para nosotros veranear es sinónimo de mar, y dado que no nos agradan los lugares muy concurridos decidimos que el destino sería el balneario de Las Grutas, en la provincia de Rio Negro. 

Fue así que ni bien terminamos de celebrar el año nuevo, cargamos nuestros enseres y nos dispusimos a emprender el viaje. Tomamos la RN 36 hacia el sur, pero en los alrededores de la ciudad de Río Cuarto se desató una fuerte tormenta que nos obligó a transitar muy lentamente y con mucha precaución. 

Por suerte siempre que llovió paró y unos minutos más tarde el amanecer nos sorprendió con mejor clima. 




Debíamos empalmar la RN 35 vía RN 8 pero al llegar a Río Cuarto tomamos mal su circunvalación, y en vez de empalmar dicha ruta hacia el oeste, lo hicimos en sentido contrario. Por suerte nos dimos cuenta a los pocos Km.,  volvimos sobre nuestros pasos y esta vez sí pudimos encaminarnos. 

En Vicuña Mackena se cruza la RN 7 y se continúa hacia el sur por la misma ruta, la localidad de Huinca Renanco es la última de la provincia de Córdoba y antes de Realico se ingresa a La Pampa. Dejamos atrás Eduardo Castex y arribamos a la capital provincial, Santa Rosa, en horas de la siesta.

La búsqueda de algún almacén abierto fue la excusa perfecta para hacer una rápida recorrida por la ciudad. Nos pareció limpia y ordenada. Después de un frugal almuerzo al reparo de las altas temperaturas pampeanas, continuamos viaje. 

En un punto la RN 35 toma dirección este, con destino a Bahía Blanca, ahí se debe empalmar la RN 154 a Río Colorado. Previo control fitosanitario ingresamos a la Provincia de Río Negro. Se toma la RN 22 sentido oeste, se empalma con la RN 251 hacia el sur   y previo paso por General Conesa se arriba a San Antonio Oeste, la ciudad ¨madre¨ de Las Grutas. 

Alrededor de las 18:00 hrs. arribamos al balneario que nos recibió con un viento y llovizna muy molestos. Nos acomadamos en la cabaña que habíamos reservado por internet y nos dispusimos a buscar un lugar para cenar. El lugar resultó ser un coqueto restaurante frente al mar, cenamos, brindamos por lo que vendría y volvimos a descansar.  

Por suerte los días siguientes amanecieron con mejor clima permitiéndonos disfrutar del lugar. 

Frente del complejo de cabañas.










Baño de inmersión ¨bautismo¨.




Típica postal del balneario, con las grutas labradas por el mar en los acantilados que dan a la playa. 





En una recorrida por su costanera pudimos apreciar la bajante de mareas, algo muy característico de las Playas Patagónicas. 

Quien suscribe cómodamente dispuesto a disfrutar de la bajamar.  










Las aguas en su retirada nos permiten descubrir una piscina con una vista privilegiada. 




Al día siguiente nos dispusimos a visitar los alrededores del puerto en San Antonio Este. Es un lugar mucho menos concurrido que las playas del balneario. La ruta hacia el puerto transita pegada al mar, permitiendo vistas muy agradables desde el auto. 




Una de sus playas se denomina ¨Playa de las Conchillas¨ debido a la gran cantidad de éstos moluscos esparcidos por el lugar. 

Raquel disfrutando de una caminata sobre ésta hermosa alfombra natural. 




Vista al mar desde la playa. 




Nos resultó muy agradable el contraste de colores que aportaba el blanco límpido de las conchillas con el azul profundo del mar...







Se puede bajar facilmente a la playa...





Unas gaviotas le aportaban su belleza al paisaje...







El día siguiente hicimos playa y al atardecer pudimos disfrutar de un hermosos arco iris que se presentaba detrás del casino.







A la noche se celebraba el advenimiento de los Reyes Magos, y desde la terraza de un pub, mientras degustábamos una cerveza helada, tuvimos la oportunidad de ver el lanzamiento de fuegos artificiales desde el mar que anunciaban el acontecimiento. Grata sorpresa recibieron los chicos que andaban por ahí cuando los tres reyes desembarcaron en la playa para distribuir regalos.







Una vez familiarizados con el balneario decidimos ir conocer un poco ¨más allᨠy el lugar elegido fue la bellísima Península Valdés, distante 330 km de Las Grutas en la provincia de Chubut. 


Se toma la interminable RN 3 hacia el sur, recorriendo la extensa estepa patagónica y previo paso por Sierra Grande, hogar de la mina de hierro más grande del país, se ingresa a la provincia mencionada. Varios km. más adelante se llega al cruce con la RP 2 donde se gira hacia la izquierda para ingresar a la Península. 


Dicha ruta transita por el medio del istmo Carlos Ameghino que sirve de puente natural para unir la Península con el continente. 


Previo pago de una módica suma se ingresa a la Península e inmediatamente observamos a la izquierda el Centro de Interpretación Carlos Ameghino cuyas instalaciones ofician de museo y centro de información. 


Desde aquí se puede observar claramente el contorno del istmo, separando los golfos San José al norte y el Golfo Nuevo al sur. 


Esqueleto de ballena franca Austral expuesta en el Centro.








Una vez recorrido el Centro decidimos adentrarnos más en la Península no sin antes detenernos en la pintoresca localidad de Puerto Pirámides. 








Foto para testimoniar nuestra presencia en el lugar, con las azules aguas del Golfo San José y Puerto Pirámides al fondo. 








Ingreso a Puerto Pirámides








Raquel con el imponente Golfo Nuevo a sus espaldas. 








Se logran excelentes avistajes de lobos y elefantes marinos desde estratégicos miradores.












Dos ¨enamorados¨ disfrutando de un cálido baño de sol...





Panorámica de una de las loberas del lugar. 






Una grata sorpresa nos llevamos cuando vimos la siguiente ¨señal de tránsito¨...






Y no dudamos en detenernos en echar un vistazo...




Quedamos fascinados con la presencia de éstas simpáticas aves, que usan las costas patagónicas para nidificar.




Uno ¨posando¨ para la foto, con sus pares observando desde la costa.




Un poco más al noreste de la penísnula se encuentra Caleta Valdes, cuyo accidente geográfico puede visualizarse claramente desde un mirador. 


Aquí logra apreciarse la extensión y la soledad característica de la región, invitando al visitante a la contemplación y meditación. 




Caleta Valdes acercado con  zoom.







Así se ve desde Google Earth, se observa claramente Caleta Valdes arriba de la palabra Chubut y el istmo Carlos Ameghino separando los dos golgos.








La primer gran salida había finalizado, sin embargo habría mucho más  por conocer y disfrutar. 


En una de las caminatas por el centro pasamos por una agencia de excursiones (http://www.deserttracks.com.ar) que ofrecía tres tours que parecían muy interesantes. Uno era a las Salinas del Gualicho, otro era a una estancia patagónica y el tercero y más intersante era al Fuerte Argentino. 




(fuente http://www.deserttracks.com.ar)


El Fuerte Argentino es una meseta que se encuentra algunos km. al sur de Las Grutas por la costa. Desde cualquiera de las bajadas a la playa, si uno mira hacia dicha dirección, puede ver esta impresionante silueta que domina el paisaje. 


Tanto el itinerario como las actividades propuestas nos parecieron interesantes y decidimos invertir en ésta opción. 




(fuente http://www.deserttracks.com.ar)

El paseo se realiza en tres camiones doble tracción tipo Unimog, transitando parcialmente por la playa. El boleto incluye no sólo el transporte, sino también una detallada guía de sus organizadores, el almuerzo y un brindis de despedida. 


Como indica la referencia partimos bien tempranito desde el balneario por un camino denominado ¨Camino de los Pulperos¨ ya que pasa por pequeños asentamientos de pescadores de éstos moluscos. 


Mas adelante se llega a Playa de Piedras Coloradas donde existen unos médanos que permiten la práctica de deslizamiento en trineos de arena.













El día amaneció con buen clima, la diversión en la arena había servido para distendernos y hacer sociales en el grupo. 







Debíamos continuar viaje. 10 km. más adelante se encuentra un lugar llamado ¨El Sótano¨. 












El Sótano ofrece un detalle muy particular, es en donde se registra la mayor diferencia de mareas de todo el país. 







El guía ofrece una detallada explicación de la razón por la cual se da dicho fenómeno en el lugar. 







Pasado el mediodía arribamos al destino. 
Raquel ¨custodiada¨ por el Fuerte Argentino a sus espaldas. 







Lamentablemente se había levantado el típico viento patagónico. 







Los organizadores levantan el campamento al reparo del viento en una zona rodeada de vegetación, la cual es rala y achaparrada. El Fuerte domina el paisaje constantemente. 







Mientras se cocinaba el almuerzo aprovechamos el tiempo para tomar una clase acelerada de manejo en doble tracción...







Y para hacer snorkeling en una laguna de agua salada junto al mar...







No crean que el almuerzo es un simple plato de fideos con crema...







El momento del almuerzo fue único. 


Estar en ese mágico lugar, alejado y desértico, disfrutando un exquisito asado regado con buen vino, en compañía de gente de diversos lugares y con una vista privilegiada fue sin duda unos de los mejores momentos que he disfrutado en un viaje. 







Después del café debíamos emprender el regreso el cual nos depararía algunas sorpresas todavía. Nos detuvimos en el Cañadón de las Ostras, un lugar donde después de una breve caminata, se accede al avistaje de fósiles marinos de 15 millones de años.







La zona del Fuerte Argentino está asociada a la enigmática historia de Los Templarios y la búsqueda de un tesoro escondido. El guía se encarga de narrar con precisión los detalles de aquella aventura en su escenario natural, lo cual impregna al oyente de misterio y conocimiento. 


El final del paseo estaba por llegar, no sin antes una emotiva despedida, un brindis con champagne al caer la tarde, en aquellas hermosas playas naturales. 


Fue, sin duda, una de las mejores excursiones que he realizado, tanto por el entorno que se visita como por la variedad de actividades propuestas. 







Estábamos en el medio de nuestras vacaciones, después de visitar Península Valdes nos quedaba pendiente una visita a la moderna ciudad de Puerto Madryn, distante 250 km.  del balneario. 


Así fue como tempranito partimos hacia dicha ciudad arribando a media mañana. 


Vista de parte de la costanera desde su muelle.






Tuvimos la oportunidad de presenciar a un grupo de marinos haciendo una serie de ejercicios de práctica desde el muelle. 






Visitamos el monumento homenaje a los héroes caídos en Malvinas. 




Degustamos una exquisita paella con frutos de mar en un cálido restaurante del puerto. 





No sin antes disfrutar de una deliciosa entrada presentada muy originalmente...





Caminamos por sus solitarias playas y avistamos restos de una barcaza naufragada.





Y nuevamente pudimos observar la fauna costera. 










Curiosamente éstas aves oficiaban de ¨centinelas¨ de los lobos que descansaban en la playa.




Una lancha disfrutaba de un paseo por la costa. 




Cerca del centro se puede visitar el lugar exacto donde desembarcaron los colonos Galeses que fueron pioneros en habitar la zona. 






Quedaban algunos días más disfrutar y los hicimos recorriendo las diferentes playas de balneario interactuando con la fauna del lugar... 





Haciendo algo de ejercicio...





Contemplando el mar desde las grutas...







Con sus características diferencias de mareas...







Y bellos atardeceres...









Finalmente llegó la hora del regreso y con ella distintas sensaciones, un poquito de nostalgia porque dejaríamos tan bello lugar pero llenos de felicidad por los momentos vividos. 

8 comentarios:

  1. Buenisimooo!!!!!!! Te felicito Jaja... :)

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  2. Linda y emosionante redaccion, para aquellos que vivimos tan cerca y no lo aprovechamos.... Gracias!!!

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  3. Pues, a aprovecharlo entonces! Saludos y gracias por la lectura.

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  4. Exceletne relato y fotos! Mis felicitaciones.

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  5. Q lindos lugares, gracias por enseñarlos, un abrazo

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  6. Q lindos lugares, gracias por enseñarlos, un abrazo

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